Queríamos una ducha bien grande y
cómoda. ¡Nada de chocar los codos en ningún lado! Sin bordillos tampoco. La
idea que tuvimos era de unas losetas de malla con piedras de río como plato de
ducha con una superficie total de unos 1 x 3 m con pavés de cristal en un
lado. Nos llevó varios viajes las
tiendas de Brico hasta encontrar lo que buscábamos. Las losetas de la ducha necesitan una tela
impermeable con el desagüe incorporado.

Como el suelo de la planta de arriba
es todo de parquet, escogimos unas losetas cerámicas imitación madera blanca
desgastada que realmente parecen de parquet.
Cubrimos la viga vertical central con piedras locales que queda
espectacular, especialmente porque sigue desde el salón y parte de la escalera.
Estaba encaprichada con un lavamanos
estilo Marroquí precioso que había visto en los viajes a Marruecos. ¡Así que estaba encantada cuando por fin
conseguimos uno para la casa! ¡Ahora la pega!
Estos lavamanos están hechos a mano, encontrar un desagüe que se
adaptara a la apertura no fue nada fácil; nos costó muchos viajes a tiendas de
fontanería hasta encontrar uno que se adaptara.
El siguiente paso era el mueble del
lavabo. El presupuesto del cuarto de
baño estaba ya un poco mermado así que teníamos que hacer un mueble muy
económico. No hay nada mejor que reciclar
muebles. Teníamos una cajonera vieja que íbamos a tirar. Entonces le quitamos las delanteras de los
cajones y los reemplazamos con madera de pino que nos sobraba y que era de la
misma medida, solo había que cortar de ancho ¡qué suerte!
Pintamos los laterales y el frontal del mueble en turquesa, que era el color prominente del lavamanos. Para la encimera compramos una buena tabla de madera de pino. Una vez lijada, tintamos la madera del mismo color que los cajones y le dimos varias manos de barniz. Con la madera sobrante del mueble del cuarto baño de invitados, hicimos una estantería para este mueble.
Para hacer el espejo, Jes trabajó dos
tablones de madera para envejecer los y los fijó a la pared, después colgó el
espejo y la luz.
Compramos unos percheros para las
toallas y los albornoces, pero quedaban un poco perdidos, no pasa nada;
cortamos unas rodajas de madera de la leña, lijada, barnizada y colocamos los
percheros. Quedaron estupendos.
El cuarto de baño ha quedado
precioso. ¡Creo que hemos hecho un buen
trabajo!


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